Todo lo que hacen los influencers, así como su trabajo está constantemente examinado con lupa. Al principio, las marcas decidieron ignorarlos, pronto, se dieron cuenta, que esto era un error, que no había que apartarlos, había que acercarlos y trabajar conjuntamente, por su poder de influencia en las sociedades más jóvenes que hoy, son potenciales consumidores.
Con el paso de los años y el incremento de usuarios en redes sociales, así como la llegada de nuevas plataformas como TikTok hemos oído hablar de diferentes 'variantes' de influencers: celebrities, macroinfluencers, microinfluencers y hasta nanoinfluencers. Todo ello, según el número de seguidores y el impacto que generan. Pero aquí no ha quedado la cosa, 2023, llega con los 'desinfluencers'. Pero, ¿Qué son los "desinfluencers"? Son también creadores de contenido, al igual que el resto, pero que lo basa, principalmente en señalar productos que para ellos están sobrevalorados o que no cumplen con las expectativas que las campañas de marketing idealizan.
Ellos nacen de una nueva corriente: de-influencing. Se trata de un movimiento en los que, como se indica en 'Reason Why', se rechaza ciertos comportamientos comerciales y el contenido de los influencers. Especialmente, está presente en TikTok, donde muchos vídeos son 'reviews' de productos. Actualmente, el hashtag #deinfluencing acumula más de 176 millones de visualizaciones. Estos 'de-influencers' "acusan" a los influencers que crean falsas expectativas sobre los productos y advierten de manera clara y abierta a su audiencia a que no compre cierto producto.
Estos 'deinfluencers' ganan popularidad a la vez que la generación Z pierde el interés en los influencers: según indica El Economista: hasta un 12% de los jóvenes nacidos entre el1997 y el 2012 han perdido confianza e interés en estos creadores de contenido.
Este revuelo nació en Estados Unidos, después de que la influencer Mikayla Nogueira publicara en su perfil de TikTok un vídeo en el que promocionaba una máscara de pestañas de L'Oréal mientras usaba pestañas postizas.
Sin duda, detrás de este movimiento, la sociedad exige a los referentes de muchos jóvenes y niños una cualidad: la honestidad.