Las empresas Muttu CosmeticLab y Devera han firmado un acuerdo de colaboración para ofrecer servicios avanzados de Análisis del Ciclo de Vida (LCA) y cálculo de la huella de carbono a través de tecnologías de Inteligencia Artificial, dirigidos específicamente al sector cosmético.
Gracias a esta alianza, marcas, laboratorios y fabricantes del sector podrán acceder a herramientas automatizadas capaces de evaluar el impacto ambiental de sus productos desde una perspectiva integral, abarcando cada etapa del proceso, desde la formulación y el aprovisionamiento de ingredientes, hasta el packaging, la logística y el uso final por parte del consumidor. Todo ello con el fin de facilitar la toma de decisiones sostenibles, optimizar procesos y ofrecer información verificable que fomente una comunicación más transparente y creíble con el mercado.
“Nuestro objetivo es democratizar el acceso a la sostenibilidad científica en cosmética, y hacerlo con la agilidad que permite la IA”, afirma el equipo de MuttuLab, pionero en soluciones de innovación y desarrollo tecnológico aplicadas a la formulación cosmética. Con esta colaboración, Muttu busca escalar su apuesta por una cosmética basada en datos reales, en la que las decisiones se sustenten en métricas ambientales verificables y no solo en claims de marketing.
Por su parte, Devera, especializada en analítica avanzada e inteligencia artificial aplicada a la sostenibilidad industrial, aportará su experiencia en modelado de datos, automatización de cálculos y optimización de procesos mediante algoritmos de machine learning. Su tecnología permitirá procesar grandes volúmenes de información en cuestión de segundos, reduciendo el tiempo y el coste que tradicionalmente implican los análisis LCA.
La alianza llega en un momento clave para la industria cosmética, que vive una transformación profunda hacia modelos más sostenibles y circulares. En un contexto donde los consumidores exigen cada vez más trazabilidad, transparencia y compromiso ambiental, disponer de herramientas que cuantifiquen el impacto de un producto se ha convertido en una ventaja competitiva real.