La revolución de la medicina estética en España

Coincidiendo con el Día Mundial de la medicina estética, repasamos algunos datos interesantes sobre el impacto y su aumento en España

Redacción
06 de Septiembre de 2023
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Medicina estética en España
Medicina estética en España

Hoy se celebra el Día Mundial de Medicina Estética. Según indica la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), la edad en la que los españoles se realizan su primer retoque estético ha caído desde los 35 años a los 20 en los últimos años. En algunos casos, tal y como explica en un artículo la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) se han realizado intervenciones a menores de edad con el consentimiento de los responsables.

No es de extrañar que las redes sociales y sus filtros fotográficos han tenido algo que ver en este descenso de la edad. Los más demandados por la mayoría de los consumidores son el ácido hialurónico en los labios y la toxina botulínica, comúnmente conocido como bótox.

Además del descenso de la edad son más las personas que confían en la medicina estética puesto que es algo que ya se ha normalizado en la sociedad española. La connotación de la medicina estética también ha variado y es muy distinta a la que podíamos suponer anteriormente. En muchos casos ya no es mero capricho. Es una forma de cuidarse y también de mimarse. Según datos emitidos por la propia SEME un 40% de la población española ha utilizado servicios de medicina estética en alguna ocasión. De este 40%, 71,8% son mujeres, y el 28,2% restante son hombres.

El interés y la necesidad de vernos bien no para de crecer. Estamos constantemente expuestos a una cámara que hace, que quizás, siempre nos fijemos más en nuestras pequeñas imperfecciones. Pero también ha evolucionado lo que el consumidor demanda. Como ya explicó María Cuidero, CEO de Croma Pharma, hace un año para este mismo medio los favoritos de los más jóvenes son aquellos denominados como ‘tratamiento “flash”’. Estos tratamientos gustan tanto porque producen un efecto de belleza inmediato y que mejora sus efectos en los días posteriores a su aplicación. Normalmente son aquellos que ayudan a conseguir ese tan ansiado efecto glow y esa luminosidad tan buscada y prometida por productos de maquillaje. Ahora se busca una belleza natural y temporal, pero por encima de todo, sutil.

Este aumento de la demanda obviamente se tradujo en un aumento de centros dedicados a la actividad de la medicina estética que de manera proporcional conllevó consigo un crecimiento de los ingresos de este sector de la medicina. Los últimos datos de la SEME que hablan del año 2021 cifran la facturación anual de los centros autorizados en más de 3.500 millones de euros. La Sociedad Española de Medicina Estética espera que este crecimiento se prolongue a lo larog de los años y que la facturación crezca alrededor de 26%. Viendo el auge de la medicina estética, un 15% más de facultativos deciden crecer profesionalmente en esta rama. Según indica la entidad especializada en medicina estética un total de 19 universidades españolas han incorporado a su oferta formativa másteres y posgrados especializados en medicina estética.

La ‘cruz’ de las redes sociales

Sin embargo, algo que preocupa a los profesionales del sector de la sanidad son los filtros fotográficos y el impacto que puede tener sobre los adolescentes y jóvenes, los más vulnerables a caer en esta rueda imagen-autoestima. Numerosos profesionales de la salud mental consideran ya un trastorno de dismorfia corporal: ‘dismorfia del selfie’. Así denominó el Boston Medical Center en su trabajo ‘Selfies Living in the Era of Filtered Photographs’ a la preocupación por no lucir de la misma manera que en determinadas fotos con retoques. Por supuesto, en esto, las redes sociales han tenido un papel principal y protagonista que han agudizado este problema que debe atajarse manteniendo unos buenos hábitos de salud mental. Uno de los consejos que ofrecen los psicólogos es reducir el número de horas dedicado a redes sociales.

Por otra parte, las autoridades son conscientes de ello. Un claro ejemplo es lo sucedido en Reino Unido. Allí muchas mujeres buscan lucir bronceadas. Las marcas lo saben y las influencers se han convertido en el anzuelo perfecto para muchas de ellas. Ante esta problemática en la que determinados personajes públicos promocionaban producto de marcas con ayuda de filtros para potenciar los efectos de éstos, el gobierno inglés prohibió la utilización de filtros a través de redes sociales en la promoción de productos.