La industria cosmética ha generado durante 2023 alrededor de 800.000 millones de dólares a nivel mundial. Es un sector en constante crecimiento con lanzamientos de nuevas marcas prácticamente cada semana. Esto crea un ambiente muy competitivo y le dificulta al consumidor a la hora de elegir productos, ingredientes y marcas que probar. Entonces, ¿cómo se distingue una marca en este sector?

Como tendencia para el próximo año, se espera que el público general se incline más por marcas que sean sostenibles, ya sea en su packaging o en sus ingredientes. Asimismo, se va a empezar a optar más por marcas de cosmética natural, una categoría en pleno crecimiento en los últimos 5-8 años. También hay que tener en cuenta la relevancia que el ritual de cuidado facial y corporal ha ganado a raíz de la pandemia de 2020. Este factor se enlaza a la perfección con la salud mental en el mundo de la belleza, enfatizando los beneficios mentales de tomar un tiempo dedicado exclusivamente a mimarnos.

Dicho esto, cabe tener en cuenta que las tendencias son solo trenes pasajeros que dan la impresión de que al no subirse se arriesga a pasar al olvido. Por un lado, están las grandes empresas, que se dan prisa en subirse al tren y en ocasiones optan por el Greenwashing de sus productos. En el otro lado se encuentran las pequeñas empresas o las que nacen en este momento de cambio, que vienen ya codificadas con estos valores.

Desde el equipo de Piel·e Cosmetics consideran, que la clave está en un cocktail perfecto entre de dónde vienen los envases y su calidad. De donde provienen los ingredientes y como son de sostenibles. Donde se fabrica y qué estándares de calidad existen. Como se vende, referido a qué estrategia de ventas y marketing se usa, ya que una guerra de precios puede romper la cadena de suministro y recurrir a soluciones para abaratar costes. Cuál es la filosofía de la marca y que aporta de nuevo al mercado. Como de interesado está en innovar y no solo darle uso a las tendencias. Y finalmente, si llega a inspirar al consumidor a cuidarse, a tener una visión global de la industria y ser consciente de lo que realmente es sostenible. Comprar menos y mejor siempre será la solución más consiente y beneficiosa para nosotros y el futuro.  Estos deberían ser los estándares más básicos, el punto de partida hacia una industria más consciente.