La agencia de investigación de mercados Mintel ha publicado su último informe en materia de belleza y cuidado personal en el que nos avanzan cuáles serán las próximas tendencias en el 2024. Una pista: el punto de vista holístico de la belleza ha llegado para quedarse.
NeuroGlow: como apunta Mintel, la sociedad atraviesa un momento en el que está priorizando la salud mental y conoce y está convencida de la relación que existe entre el bienestar entre el cuerpo y la mente. Desde Mintel añaden que en el próximo año la neuroscomética y psicodermatología ganarán importancia en el mercado cosmético y que cada vez más consumidores de belleza sucumbirán a los rituales y rutinas de belleza buscando un bienestar y una nueva experiencia sensorial que promueva una mejor calidad de su piel y, por ende, más saludable.
En esta ‘macrotendencia’ no se olvidan de otra más ‘micro’ y que nos lleva acompañando desde hace varios años, que no es otra, que la personalización. La búsqueda de un bienestar mental no es igual para todas las personas, por ello, muchas marcas podrían incluir planes de suplementos, rutinas de skincare y prácticas de cuidado personalizadas.
Algunas marcas ya se han adelantado y han incluido determinados ingredientes que mejoran nuestro estado mental, reduciendo los niveles de estrés, en la fórmula de algunos de sus productos. Biome+, por ejemplo, utiliza la ashwagandha que proporciona un resurgimiento adaptógeno y nootrópico.
Mintel acerca la posibilidad de que las marcas comiencen a incluir activamente aplicaciones de inteligencia artificial, realidad virtual y realidad aumentada para crear nuevas experiencias de belleza para fortalecer la conexión entre mente y piel y mejorar su aspecto.
Bellez-IA: las marcas aprovecharán las múltiples oportunidades que les brinda la inteligencia artificial. Estas ventajas, como señala Mintel, ayudarán a la retroalimentación de los clientes en redes sociales para identificar espacios y originar productos innovadores adaptados a necesidades específicas. Sin embargo, uno de los principales retos que deberán asumir las marcas dedicadas a la cosmética y la belleza es la transparencia. Aquellas compañías priorizarán la generación de confianza entre los consumidores y priorizarán la protección de datos y privacidad. La Inteligencia Artificial servirá también para las marcas para adaptarse a las nuevas generaciones del consumidor y estudiar las tendencias y preferencias para ofrecer recomendaciones personalizadas y crear experiencias interactivas. Algunas alternativas ya nos acompañan hoy en día como los asistentes de belleza virtuales que nos brindan consejos personalizados. En retail, la IA se integrará con la tienda física a través de espejos inteligentes, pantallas interactivas y kioscos para obtener recomendaciones personalizadas y pruebas virtuales.
Simplicidad sofisticada: el ‘quiet luxury’ que vivimos en el mundo de la moda, se traslada ahora en a la industria cosmética. La industria de la belleza experimenta un cambio de paradigma porque ahora el consumidor busca productos que prioricen la eficacia y la funcionalidad por encima de un packaging llamativo. Esta tendencia pone el foco sobre los ingredientes y sobre lo que nos ofrece el producto por encima de lo llamativo, de lo atractivo, de lo superficial o lo físico. En línea con la transparencia que se comentaba anteriormente, ahora, los consumidores exigen claridad sobre los ingredientes cosméticos. Las marcas podrán hacer hincapié en el minimalismo, la simplicidad en el diseño del packaging en la que predominarán unas líneas claras, fuera de lo abstracto, colores apagados y una estética elegante en la búsqueda del ‘lujo silencioso’. Todo lo anterior, nos llevará a percibir los productos como un segmento del lujo con una versión más premium.
Como indica Mintel, se observa una nueva era en el lujo basado en el minimalismo que ha sido impulsado por la industria de la moda en la que el logo o la aparición de la marca ha cedido su relevancia a otros aspectos más funcionales.