Aïda Massana Molina

Quedan pocos como tú

Antropóloga especialista en marketing y estrategia
10 de Noviembre de 2022
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Inteligencia artificial y talento
Inteligencia artificial y talento

El otro día, un colega de profesión que siempre está a la última, me iniciaba en las maravillas de la creación digital a través una plataforma de open AI llamada Dall·e. Teniendo en cuenta mi personalidad un tanto obsesiva, me pasé una hora de reloj haciendo pruebas, absorta con los resultados.

IA Art by Aïda Massana x Dall·e
Aïda Massana x Dall·e

Esta inofensiva página web hizo que mis capacidades se vieran completamente actualizadas:

De repente yo misma, una inepta en materia de artes visuales, podía crear cualquier obra de arte de cualquier género pictórico o digital, de cualquier temática con un resultado, cuánto menos, interesante

De hecho, este mismo colega me dijo que dicha aplicación ya está siendo usada para ilustrar libros y cuentas. Obviamente, también ha sido usada para ilustrar este artículo.

El caso es que después del subidón me vino la realidad de golpe: yo podría, a partir de ahora y gracias a la inteligencia artificial, crear cualquier obra de arte. No voy a entrar en este artículo a hablar sobre el valor real de esas obras o a iniciar un debate sobre la creatividad o el mercado del arte, eso lo reservo para otra ocasión.

Lo que sí me gustaría subrayar es el tema de las capacidades.

Las nuevas tecnologías nos permiten ser pequeños “super hombres” con muchas más capacidades de las que podríamos cultivar en una vida si las aprendiéramos a la antigua usanza

Así, una misma persona puede aprender a diseñar un automóvil, hacer pan casero, coordinar un macroevento, aprender a coser, hacerse una página web, subir un podcast a Spotify o aprender mil canciones infantiles en un lapso relativamente corto de tiempo. Las tecnologías nos facilitan la vida. Si las sabemos usar, nos regalan mil tentáculos con los que poder realizar tareas dispares e interesantísimas sin la necesidad de mostrar ningún tipo de maestría al hacerlo. Es más fácil equivocarse, menos costoso y, por lo tanto, aprendemos antes y avanzamos más y mejor.

PERO (siempre hay un pero) lamentablemente, a causa de las mismas, tu trabajo va a desaparecer. Y no lo digo sólo yo. El Foro Mundial vaticinó que para 2025 habrán desaparecido 85 millones de puestos de trabajo

(Eso se traduce en que ese título que sigue a tu nombre, impreso en una tarjeta preciosa que miras con mimo y orgullo, es probable que deje de existir en muy poco tiempo. De hecho, la tarjeta en sí, si aún la usas, está destinada a desaparecer a pesar de la inexplicable resistencia que presenta frente a las alternativas más tecnológicas. Yo guardo las mías con mucho cariño.)

Ya estamos viendo cómo muchos puestos de trabajo que hasta hace una década eran, por definición, “humanos”, se cubren actualmente con algoritmos inteligentes que ofrecen más rendimiento a mucho menos coste. Yo, que soy una nostálgica empedernida, solía pensar que esa tecnificación de los puestos de trabajo era simplemente una tragedia moderna. Yo, que aún escribo cartas a mano. Yo, que sigo usando la Polaroid de mi abuela.

Bien. Yo me permití cambiar de opinión. Ahora pienso que, si fuéramos capaces de replantear todo el sistema laboral, probablemente esa robotización de los puestos de trabajo sea lo mejor que le puede pasar a la humanidad. Siempre y cuando usemos esa ventaja para, simplemente, trabajar menos y hacerlo de forma diferente.

Sobre el trabajar menos, son numerosos los estudios que hablan de los beneficios a todos los niveles: salud física, mental, bienestar social, conciliación familiar, ahorro energético… y, lo mejor, no sólo se habla de ello, sino que las primeras pruebas pilotos arrojan esperanza en los resultados

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En Reino Unido se inició el programa pionero www.4dayweek.co.uk que aboga por pasar de una jornada laboral de cinco a una de cuatro días a la semana, con reducción de horas de trabajo. Después de realizar pruebas piloto por todo el país y realizar las encuestas pertinentes, concluían que el 78% de los líderes de esas 70 empresas que cambiaron a horarios de cuatro días afirman que su transición fue "buena" o no tuvieron problemas. Solo el 2% lo encontró desafiante. Y la mayoría (88%) dijo que estaban funcionando bien. Por otro lado, el 49% dijo que la productividad había mejorado mientras el 46% aseguró que se ha mantenido estable. Es decir, que el 95% rindió igual o mejor que trabajando cinco días[1].

 

En cuanto al trabajar diferente, tengo la esperanza de que implementando jornadas laborales más coherentes con las necesidades humanas y teniendo en cuenta esas ayudas tecnológica que nos permite “deshacernos” de ciertos puestos de trabajo, podamos crear nuevos perfiles dedicados, en cuerpo y alma, a encontrar soluciones creativas a problemas que tenemos cómo humanidad; en nuestras sociedad; en nuestras empresas

Y no. No hablo de un “responsable de sostenibilidad”. Hablo de ese puesto de trabajo que aún no existe y no encaja con nada de lo que conocemos, que es tan revolucionario, nuevo y necesario, que aún nos cuesta imaginarlo. Cómo les costaría a nuestros tatarabuelos entender la tarea de un programador o de un neurocientifico. Esa misma “magia” que es la mezcla entre ciencia, creatividad y superación. Un mix completamente humano.

Quizás solo así podemos transformarnos en trabajadores más valientes y divergentes, menos alienados con un sistema que hace aguas por todas partes. Quizás así podremos ver una forma de vivir como humanidad que no nos lleve a nuestra propia extinción. Quizás esta sea la manera. Como dice la canción: quizás, quizás, quizás.

 

[1] Fuente: shorturl.at/qFUZ7

Sobre el autor
Aïda Massana Molina

Aïda Massana Molina

Antropóloga especialista en marketing y estrategia

Antropóloga especializada en marketing y estrategia de marca. En 2019 crea un proyecto de economía circular sin ánimo de lucro llamado SlowFashion&Co: una red de eventos dónde intercambiar ropa sin coste.En menos de un año tuvo más de 500 usuarios y repercusión en medios locales: radio (RNE) y prensa (TimeOut). En su última etapa como Strategic Planner & Marketing Manager de la agencia Aktiva Design se especializó en desarrollar una visión estratégica diferenciada para sus clientes, heredada de su pasión y formación en antropología y alimentada por toda la experiencia trabajando para las principales marcas del sector. Actualmente es consultora freelance, impulsando pequeñas marcas y emprendedoras.
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