Alvaro Carcel

No es la falta de talento: es el ego el que sabotea más trayectorias ejecutivas

Managing Partner
03 de Noviembre de 2025
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El ego, entendido como la necesidad de reconocimiento, estatus y validación externa, puede ser un motor legítimo de ambición. Sin embargo, cuando se convierte en el único filtro para decidir, se transforma en un enemigo silencioso de las carreras directivas. La tentación de aceptar un cargo por el título o por la remuneración inmediata, sin considerar factores como la cultura, el propósito o el aprendizaje, suele derivar en decisiones poco sostenibles.

Lo que muestran los datos

1. El ego es un factor clave en el derailment directivo

Investigaciones del Center for Creative Leadership (CCL) muestran que más del 50 % de los fracasos en liderazgo se explican por problemas interpersonales: arrogancia, insensibilidad, incapacidad para escuchar y dificultad para trabajar en equipo. Todos ellos son síntomas de un ego mal gestionado, que termina erosionando relaciones y frenando carreras. 

2. El salario apenas predice satisfacción

Un meta-análisis de 92 estudios independientes demostró que la relación entre nivel salarial y satisfacción laboral es débil (ρ = 0,15). Es decir, el dinero explica apenas entre un 2 % y un 15 % del bienestar en el trabajo.Confiar en el salario como único factor de decisión es un ejemplo claro de cómo el ego puede engañarnos.

3. La ilusión del foco: sobrevalorar el estatus

La psicología del comportamiento describe el sesgo de la focusing illusion: tendemos a exagerar el impacto que un cambio aislado (un sueldo mayor, un cargo con más prestigio) tendrá en nuestra felicidad. En realidad, al poco tiempo el efecto desaparece, y factores más profundos —propósito, cultura, autonomía—son los que determinan la satisfacción sostenida.

4. Cuando el ego bloquea el aprendizaje

El exceso de confianza lleva a muchos líderes a rechazar feedback, repetir errores o sobrestimar sus capacidades. Según CCL, la falta de apertura a aprender y adaptarse es otra de las causas más frecuentes de derailment en directivos.

Conclusión

El talento, por sí solo, no garantiza una carrera exitosa. Lo que más sabotea las trayectorias ejecutivas no es la falta de capacidad, sino un ego mal gestionado que:

• Prioriza títulos y salarios por encima de cultura y propósito.

• Dificulta escuchar y construir relaciones sólidas.

• Genera resistencia al feedback y limita la capacidad de aprendizaje.

La verdadera estrategia de carrera pasa por equilibrar la ambición legítima con autoconciencia, propósito y capacidad de adaptación. Porque en el largo plazo, no es el ego quien abre puertas, sino la inteligencia emocional y la visión estratégica.

Sobre el autor
Alvaro Carcel

Alvaro Carcel Ribes

Managing Partner

Managing Partner de Saltor Talent, firma especializada en executive search y consultoría estratégica de talento directivo. Con más de una década de experiencia en la búsqueda de líderes en España, Europa, Estados Unidos y LATAM, ha desarrollado su carrera en firmas internacionales como Legalis Global y Loftus Bradford. Es Licenciado y Máster en Derecho por Esade y ha cursado el Programa de Desarrollo Directivo en IESE.  
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