Aïda Massana Molina

¿Cuándo fue la última vez que te formaste?

Antropóloga especialista en marketing y estrategia
12 de Abril de 2023
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Imagina que te vas a hacer un café en casa, preparas el café, lo pones en el vaso y cuando vas a calentar la leche te das cuenta de que no queda, ¿Qué harías? Probablemente, pensar en el momento en el que puedas organizarte para ir a comprar leche y así que la próxima vez que te hagas el café puedas tenerla a tu alcance, ¿verdad?

Pues ahora imagina que estás en tu trabajo, pongamos que eres profesional del marketing, y de repente aparece el chat GPT y no tienes ni idea de cómo usarlo en tu beneficio. Es más, eres de los que siente pánico al pensar en él, ya que estás convenido que te va a quitar tu trabajo o que, como mínimo, lo va a devaluar, ¿Qué haces en ese momento? 

Opción 1: Maldices tu mala suerte, la tecnología y todo aquello que hace que tu vida no sea un mar en calma continuo.
Opción 2: Investigas, buscas, te formas y encuentras la manera de abanderarlo. 

A lo largo de mi vida como trabajadora he conocido a más gente que escoge la primera opción, es decir, la queja, que gente que escoge la segunda: la formación continua. Explorar. Aprender cosas nuevas. Desgraciadamente, ese ratio no creo que sea algo único en mí, creo que es la tónica en la mayoría de nuestras interacciones.

¿Cuánta gente de tu entorno se queja continuamente y cuanta gente de tu entorno se forma continuamente?

Lo más importante: ¿En cuál de los dos grupos te sientes más identificado?

Puede ser difícil aceptar que pasamos más tiempo quejándonos de que formándonos. Pero opino que, en un ambiente como el actual, es necesario. Las posibilidades de formación -incluso gratuita- son cada vez más infinitas, sin embargo, muchas veces usamos la formación para reafirmar cosas que ya sabemos (de ahí que en esta sociedad se padezca de una titulitis profunda) en vez de mejorar en cosas que se nos dan mal o incluso en indagar en cosas que nos llama la curiosidad de manera genuina. 

Y es que: 

¿Qué te viene a la mente si te pregunto, cuáles son las cosas que se te dan peor? ¿Qué cosas no sabes hacer y te gustaría aprender? ¿En qué te formarías si volvieras a nacer?

En una sociedad agresivamente enfocada en el éxito y en mostrar (y demostrar) aquello que se nos da bien, pensar en aquello que se nos da mal es un acto revolucionario. Necesita de cualidades que están pasadas de moda: honestidad y humildad. Ser honestos con nosotros mismos y humildes acerca de aquello que ignoramos

En este punto probablemente estáis pensando: "todo esto está muy bien, claro que me encantaría formarme, pero ¿CUÁNDO?"
¿Cuándo me pongo a formarme en algo nuevo si estoy completamente estresado ya con todo lo que tengo?

Bien, en esto voy a dejar que responda el doctor Michael Mosley que, cito textualmente, nos dice:

“Cuando estás estresado, es posible que adentrarte en una nueva actividad sea lo último que te apetezca hacer. Pero varios estudios sugieren que puede ayudar a reducir tus niveles de estrés, de hecho, en un estudio en el que se pidió a varios participantes que aprendieran algo nuevo y a otros que hicieran algo relajante, fueron los del primer grupo quienes experimentaron una mayor reducción en sus niveles de estrés"



Y es que, siguiendo con el mismo estudio del que hablan en este artículo de aquí, “está demostrado que aprender algo nuevo puede cambiar cómo piensas y cómo te sientes. Forja nuevos patrones neuronales que ayudan a desarrollar nuevas conexiones cerebrales, aumentando tu capacidad cerebral”.

Ya no tienes excusa. Y es que, al final, tu pertenencia en el primer o el segundo grupo que te presentaba al inicio de este artículo es una elección.

La curiosidad y las ganas de descubrir cosas nuevas tienen más que ver con una disposición hacia la vida que con una cuestión de agenda

Y lo sé por qué yo he estado en los dos grupos a lo largo de mi carrera y por eso puedo afirmar sin miedo a equivocarme el potencial transformador que tiene dejar de quejarse y empezar a formarse. En lo que sea. Solo experimenta, sal de tu escritorio y empieza por aquello que se te da fatal o aquello que siempre has querido probar.



La humildad y la curiosidad son tus mejores compañeras de viaje. Ya lo verás.

Sobre el autor
Aïda Massana Molina

Aïda Massana Molina

Antropóloga especialista en marketing y estrategia

Antropóloga especializada en marketing y estrategia de marca. En 2019 crea un proyecto de economía circular sin ánimo de lucro llamado SlowFashion&Co: una red de eventos dónde intercambiar ropa sin coste.En menos de un año tuvo más de 500 usuarios y repercusión en medios locales: radio (RNE) y prensa (TimeOut). En su última etapa como Strategic Planner & Marketing Manager de la agencia Aktiva Design se especializó en desarrollar una visión estratégica diferenciada para sus clientes, heredada de su pasión y formación en antropología y alimentada por toda la experiencia trabajando para las principales marcas del sector. Actualmente es consultora freelance, impulsando pequeñas marcas y emprendedoras.
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