Como avanzó el pasado viernes el diario 'La Vanguardia', Caher, la empresa dedicada al marketing en el punto de venta, ha suspendido pagos tras acumular una deuda que estaría cerca de alcanzar la cifra de 30 millones de euros. Según explicó Javier Rollant al periódico mencionado, este descubierto se debería a "una malversación del director financiero junto con unas auditorías que no se firmaron y no se comunicaron a la dirección".
La compañía dirigida por Javier Rotllant y Salvador Arsuaga tiene marcas reconocidas en su cartera, como L'Oréal o Revlon. Las irregularidades por parte de la empresa se trasladaron hasta las auditorías, que no se autorizaban ni tampoco se firmaban. Desde Caher, encargaron en agosto un informe forensic a KPMG para conocer cuál era el estado real al que debía hacerse frente, y, finalmente, el informe elaborado por la empresa auditora concluyó que faltaba dinero de la empresa, que había sido desviado en favor de algunos administradores. Además, como indica este portal especializado en información económica, la compañía habría mentido en la presentación de sus resultados, en los que afirmaba haber facturado 30,5 millones de euros tras la adquisición de Winchannel. Caher aseguró antes de cerrar el ejercicio económico que su facturación había aumentado en un 31% y alcanzar los 40 millones de euros.
Suma Capital, que participa en Caher desde 2018 y se hizo con el 30% de la compañía, se ha querellado contra Sergio Herrejón, el que fue director financiero y consejero, y también contra Arsuaga, que es socio y consejero delegado de Caher.
KPMG anda en la búsqueda de un nuevo inversor desde agosto, para buscar un comprador que salve el negocio y los 1.300 empleos que da la empresa. Desde La Vanguardia, indican que no deberían faltar 'candidatos' para esta operación, puesto que es una firma de outsourcing que es líder en su sector y cuenta con 10 delegaciones en España y Portugal, 18 almacenes y más de 500 vehículos.