La Academia del Perfume ha celebrado un año más, por séptima edición consecutiva, su encuentro veraniego en los campos de lavanda de Brihuega. Esta cita, ya consolidada como tradición en el calendario cultural de la fundación, ha reunido a una delegación de cuarenta representantes del mundo del perfume, la empresa, el turismo y la prensa especializada, en plena temporada de recolección de la flor.
Bajo el sol de la Alcarria y entre aromas envolventes, los asistentes, entre los que se encontraban patronos, perfumistas, directivos de Stanpa, Turespaña, CEOE y CEPYME, exploraron el impacto transformador que la lavanda ha tenido en esta localidad de la España rural. Emilio Valeros, perfumista y “Académico del Sillón Lavanda”, ofreció una clase magistral sobre el cultivo y destilación de esta planta, destacando su papel central en la perfumería fina.
La jornada incluyó un recorrido por las calles de Brihuega, adornadas con motivos lavanda y artesanía local, acompañados por el alcalde Luis Viejo y la concejala de turismo, Susana Rodríguez. Este paseo sirvió para evidenciar cómo la flor ha impulsado un modelo turístico, cultural y económico que trasciende lo local.
En el Castillo de la Peña Bermeja, escenario de un encuentro institucional, el alcalde Viejo compartió la ambiciosa estrategia del municipio: recuperación patrimonial, fomento del cultivo de aromáticas, atracción turística y lucha contra la despoblación. Gracias a estos esfuerzos, Brihuega ha incrementado su población un 24% en menos de una década y se ha convertido en un destino de referencia nacional e internacional.
Se destacaron proyectos clave como el futuro Museo del Perfume, ubicado en el convento de San José, con una inversión de 1,1 millones de euros, y el hotel de cinco estrellas en la rehabilitada Real Fábrica de Paños. Asimismo, se trabaja en un centro de innovación rural con espacios para nómadas digitales.
Val Díez, directora ejecutiva de Stanpa, y Ángela de Miguel, presidenta de CEPYME, elogiaron la gestión y el potencial del entorno rural para la creación de valor y empleo, poniendo a Brihuega como ejemplo inspirador de transformación colaborativa.
Los asistentes conocieron también datos curiosos: más de 1.000 hectáreas cultivadas, destilación inmediata a solo 15 km, una producción que posiciona a España entre los tres primeros países productores del mundo, y un enfoque sostenible en todas las fases del proceso. La moderna destilería de Intercova, el uso de restos como compost o pienso y la certificación ecológica refuerzan el compromiso con el medioambiente.
El Festival de la Lavanda, que este año atrajo a 10.000 visitantes internacionales, culmina esta experiencia multisensorial que une naturaleza, tradición, innovación y arte. La lavanda de Brihuega es, sin duda, una fragancia que marca un antes y un después en el desarrollo rural.