¿El fin del fast fashion?

La conciencia del consumidor está cambiando acompañado del auge de la moda sostenible y del consumo de ropa de segunda mano

05 de Julio de 2023
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Fin de fast fashion
Fin de fast fashion

Durante décadas, el fast fashion ha dominado la industria de la moda, ofreciendo ropa asequible y rápidamente producida para satisfacer los caprichos de los consumidores. Según un informe de la Fundación Ellen MacArthur, la producción de ropa se ha duplicado en los últimos 15 años, alcanzando más de 100 mil millones de prendas textiles por año.
Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de un cambio de paradigma a medida que la conciencia sobre los impactos sociales y ambientales de esta industria ha aumentado. Los consumidores son más conscientes de su poder como agentes de cambio y el fast fashion está enfrentando un desafío existencial. En este artículo, exploraremos el posible final del fast fashion y cómo estamos avanzando hacia una industria de la moda más sostenible.

  • Conciencia del consumidor

El primer paso hacia el fin del fast fashion es la creciente conciencia del consumidor. Las personas se cuestionan el modelo de negocio basado en la producción masiva, la explotación laboral y la generación de residuos. Gracias a la difusión a través de las redes sociales y organizaciones dedicadas a la defensa del medio ambiente, los consumidores ahora están informados sobre las prácticas detrás de las marcas de fast fashion. Este conocimiento ha llevado a un cambio en los valores y las demandas de los consumidores, quienes buscan alternativas más éticas y sostenibles.

  • Auge de la moda sostenible

A medida que crece la demanda de moda sostenible, cada vez más marcas están adoptando prácticas responsables en su cadena de suministro. Desde la elección de materiales orgánicos y reciclados hasta la producción local y el apoyo a comunidades artesanales, las marcas sostenibles están cambiando la forma en que se produce y consume la moda. Estas marcas priorizan la transparencia, la equidad laboral y la reducción de su huella ambiental.

Además, los consumidores están optando por comprar menos, pero de mejor calidad. La mentalidad de "comprar menos, elegir bien" está ganando terreno a medida que se valora la durabilidad y la versatilidad de las prendas. Aún así, el consumo que hacemos de las prendas de ropa sigue siendo extramadamente elevado: desde el año 2000, se ha incrementado en un 60%, mientras que la duración de uso de las prendas se ha reducido en un 40% en el mismo período, según la ONU.

  • Innovación tecnológica y circularidad

La innovación tecnológica está jugando un papel crucial en el fin del fast fashion. El desarrollo de nuevas técnicas de fabricación, como la impresión en 3D y la ropa "inteligente", está revolucionando la forma en que se produce y consume la moda. Estas tecnologías permiten una producción más eficiente, reduciendo el desperdicio de materiales y los costos asociados. El enfoque en la economía circular está transformando la industria de la moda. Se están implementando programas de reciclaje y reutilización de prendas, permitiendo que los materiales se recuperen y se conviertan en nuevos productos. Las marcas están adoptando modelos de negocio basados en el alquiler de ropa y la suscripción, lo que fomenta la circularidad y reduce la necesidad de comprar constantemente ropa nueva.

  • Regulaciones y activismo

Los gobiernos y las organizaciones internacionales están reconociendo la necesidad de regular la industria de la moda para abordar sus impactos negativos. Cada vez más países están implementando legislaciones para garantizar salarios justos, condiciones laborales seguras y prácticas sostenibles en la cadena de suministro de la moda. Del mismo modo, los activistas están presionando a las marcas para que sean más transparentes y responsables en sus operaciones. Gigantes de este tipo de producción masiva de prendas de vestir, además, eluden a tarifas arancelarias. Tal y como publicó en un post en LinkedIn un experto en la materia, explicó que Shein y Temu habían cometido un número desproporcionado de violaciones a los reglamentos de importaciones y esto fue publicado en un informe. En él, se dice que, a través de una disposición llamada de mínimos de la Sección 321 de la Ley Arancelaria de 1930, exime de los aranceles de importación si el valor minorista del envío no excede los $800 (en España, Shein y Temu también usan masivamente otras excepciones arancelarias para no pagar impuestos).
 

Sin embargo, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, es imprescindible poner barreras a las principales empresas que promueven el fast fashion como Shein, para evitar que se suban al tren de la moda 'real time'.